La corte de los espejos

Título: La corte de los espejos

Autor/a: Concepción Perea

Editorial: Fantasy

Año de edición: 2013

Nº de páginas: 672

ISBN: 9788415831013

La Corte de los Espejos es la capital y el corazón de TerraLinde, un reino donde las hadas no creen que los humanos existan, una vieja ciudad que fue decisiva durante la Guerra de la Reina Durmiente. Han pasado años desde ese cruento conflicto que dejó tras de sí una paz delicada, una larga lista de rencores y un trono inestable. Una guerra que aún divide a los Aen sidhe, los orgullosos gobernantes, y a los gentiles, hadas sin títulos ni privilegios. En esta ciudad viven Nicasia, una knocker del gremio de ingenieros, y Dujal, un phoka demasiado aficionado al riesgo. Ambos llevan años enzarzados en un particular pulso de poder que no acaba de resolverse y en el que Marsias, un apacible sátiro dueño de un burdel, trata de mediar como puede. El asesinato de Manx, antigua tutora de Dujal y compañera de armas de Marsias y Nicasia, los obligará a unirse en un frente común para encontrar a los culpables. Juntos emprenderán una investigación que los llevará desde los bosques de los centauros hasta las montañas de TocaEstrellas, habitadas por los feroces goblins. Siempre perseguidos por la larga sombra de la misteriosa Dama RecorreTúneles y los bien guardados secretos de Nicasia.

Hablar de esta novela va a ser difícil. No porque no me haya gustado; todo lo contrario. Siento que todo lo que pueda decir, todas las palabras que pueda juntar no le harán justicia. Concepción Perea crea un mundo y una trama poco a poco, como si estuviera tejiendo. El lector cree avanzar por acontecimientos más o menos tranquilos, aislados e independientes unos de otros y, cuando menos se lo espera, ha dejado atrás todo un conflicto que se ha ido uniendo como las piezas de un rompecabezas hasta llegar al climax. Hay tensión, pero encubierta, sutil, pero no por eso uno puede parar de leer.

Fanart de Javier Fernández Carrera

Para entender la obra quizá habría que hablar de la diversidad de personajes. Cada uno de ellos, protagonistas o no, no podría ser más diferente. Muchos tienen una voz propia, característica, que los identifica con meros gestos o expresiones. Nicasia es, sin duda, la más destacable de todos. En boca de uno de los personajes se la describe como alguien que antepone “la responsabilidad a los sentimientos” y considera que su “deber con el gobierno de TerraLinde está por encima de todo de demás”. No cabría descripción mejor.

La gran variedad de personajes no se debe solo a su carácter sino al mundo que crea la autora. TerraLinde es un lugar lleno de magia y distintas especies de hadas y criaturas. Desde centauros, a sátiros; desde goblins a phokas. Es verdad que aquel que no esté muy metido en el amplio espectro del bestiario mágico podría perderse al inicio, pero una de las habilidades de Perea parece ser hablar de ellos y que lo de menos sea la raza, la especie de ser mágico que protagoniza la escena. Quizás esto haya sido una percepción totalmente mía, pero al imaginarme el mundo creado por la escritora me he despreocupado de géneros y razas para centrarme en quién es cada uno. Me gusta pensar que esto es una crítica a la sociedad actual, donde debemos dejar las etiquetas de género, sexo, nacionalidad, raza, etc. para pensar tan solo en concepto de seres humanos.

Por si otra cosa destaca este libro es por la alteración de diálogos y descripción. Los diálogos entretienen de lo más al lector, que no puede para de reír en algunos casos. Las personalidades tan pícaras, gruñonas y sarcásticas de algunos protagonistas hacen de los diálogos todo un placer. Pero toda la demás prosa que, a simple vista podría parecer simple, está cargada de gran impacto visual o emocional. Os dejo alguna que otra por aquí:

Estaba cansada de todo aquel asunto; antes, las pérdidas no le dolían, ni el fracaso le pesaba tanto como ahora. Antes, el deber cumplido compensaba todas las pérdidas; era porque creía que servía a un bien mayor, que nadie caía en vano. Ahora, tantos años después, el bien mayor no llegaba. La paz del reino seguía siendo precaria, los sidhe continuaban conspirando y los gentiles estaban sordos y ciegos. Tanto sacrificio, tanto dolor, para nada. Para seguir rodando en círculo.

CONCEPCIÓN PEREA – PG. 529

También hace uso de una habilidad casi poética, con algunas metáforas y comparaciones poco habituales: “El agujero olía a cueva vieja, a sueños muertos” (Pg. 25) Quizás el lector podría preguntarse si los sueños desprenden algún olor en particular, que no encaja en esta explicación, pero, casi sin darse cuenta, entiende perfectamente qué le está queriendo transmitir la autora.

La corte de los espejos es la primera parte de una trilogía y quizás pueda entenderse así porque parece que el lector se adentre poco a poco y de forma sutil en la historia, pero, sin duda, el desarrollo literario con una escritura característica y única hacen de esta historia una fantasía de hadas digna del género.

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